A casi ocho meses de imponerse en la pantalla chica nacional, mañana la telenovela Vidas Robadas llega a su final, la emisión será a las 22.15 por la señal de Canal 9 Televida. Antes del ansiado desenlace, Protagonistas dialogó en exclusiva con Arturo Bonín.
Luego de haber recibido notables reconocimientos y haberse posicionado como una de las ficciones más logradas del año, Vidas robadas, la telenovela que se emite por Canal 9 Televida, llega a su final. La emisión especial, que incluirá un capítulo doble, será transmitida desde las instalaciones del teatro Ópera (Buenos Aires), en el que los protagonistas, junto a sus seguidores, descubrirán un final más que apasionante. En Mendoza, el capítulo se emitirá, como todos los días, a las 22.15.
En una época en la que los realities se transformaron en las vedetes de la pantalla chica, Vidas robadas, protagonizada por Facundo Arana, Soledad Silveyra, Mónica Antonópulos, Jorge Marrale y gran elenco, logró sortear los obstáculos y presentó una historia en que, al igual que otras novelas como Resistiré, El Deseo o Montecristo, la ficción se convirtió en un medio de crítica social, en la que la trata de personas y la explotación sexual se transformaron en los ejes argumentales de una apuesta que capturó las miradas de miles de televidentes.
Antes del gran desenlace, Protagonistas, como no podía ser de otro modo, dialogó en exclusiva con Arturo Bonín, uno de los integrantes del elenco, quien manifestó su experiencia en la tira, su visión sobre la televisión actual y proyectos, entre otros temas.
Tras siete meses de trabajo, mañana se emite el último capítulo de Vidas robadas ¿cómo se están preparando para ese momento?
Trabajando mucho, porque actualmente (por ayer) estamos grabando las escenas del anteúltimo y último capítulo. Muy sobre la hora, porque así ha sido la dinámica de trabajo que hemos tenido a lo largo del año y no nos ha fallado, ya que los resultados han sido muy valiosos. La verdad es que contamos con un equipo de trabajo maravilloso, con el que todo es mucho más fácil. Hemos conformado un equipo impresionante, al que voy a extrañar muchísimo.
Tal como ocurrió con Montecristo; Vidas robadas emitirá su último capítulo en un teatro ¿qué me podés adelantar de ello?
La verdad es que nos pareció muy atractiva la idea de ver el último capítulo en un teatro, ya que además de estar todos los integrantes del elenco, compartimos el final con quienes durante tantos meses apostaron por la ficción. En realidad, parte de los que nos eligieron, dado que los seguidores son muchísimos más. Va a ser una gran fiesta, por fin se develarán varios misterios y estoy convencido de que a los televidentes les va a sorprender el final.
¿Podés anticiparme algo?
No puedo, realmente nos han multado para hablar. Sólo puedo decir que la gente se va a sorprender y emocionar muchísimo. Perdón, pero no puedo brindar detalles, es toda una sorpresa.
¿Qué te significó en lo personal y profesional haber sido parte de esta propuesta televisiva?
En lo profesional, fue muy importante haber sido parte de esta historia. Creo que la televisión, en la actualidad, está cambiando el punto de mira y está empezando a complicarse con la realidad y está cumpliendo uno de los roles que tendría que haber cumplido históricamente, que es prestar un servicio a través de una actividad artística como es una novela. En la actualidad está cumpliendo su rol, que es no sólo entretener, sino prestar un servicio, devolver algo a la comunidad. Respecto de lo personal, siempre digo que Vidas robadas marcó una parte de mi carrera actoral. Yo sostengo que soy el papá del papito, lo cual fue un gran mérito (risas). La verdad es que me siento orgulloso de haber sido parte de este gran equipo, un elenco no sólo que se destaca por sus figuras, sino que además sobresale por su compromiso con lo que está representando en la ficción.
¿Te costó mucho elaborar a Manuel Amaya, casualmente el nombre del personaje que representaste en la ficción?
No, es un trabajo rutinario después de tantos años de estar en una tira. Lo que sí me alegra es que en esta etapa de mi vida, mi perfil da para recrear a padres de galanes.
En escena se pudo apreciar a un Manuel que con el transcurso del tiempo fue tomando más notoriedad.
La verdad que sí, empecé con un perfil y, a partir de la educación que le imprimieron los hijos, este personaje fue madurando, arrancó como un viejo muy inmaduro pero con el tiempo logró crecer y consolidó una impecable relación con sus hijos, se convirtió en un padre presente. La verdad es que el crecimiento fue muy notable.
La temática abordada en la novela, la trata de personas, despertó mucha conciencia en la sociedad ¿cómo lo vivieron ustedes?
Lo vivimos con mucha alegría, vuelvo a repetir, entendiendo que la televisión está cumpliendo con un rol que va un poco más allá de entretener y de la frivolidad. Este es el compromiso que como actor debo cumplir, en principio el respeto hacia mi trabajo y en servir a algo más que simplemente a entretener.
Conformaron un equipo de trabajo muy profesional y aceptado por los televidentes ¿cómo fue el trabajo diario?
Fue muy duro, porque debemos permanecer muchas horas al pie del cañón, pero muy placentero a la vez, por compartir con gente profesional por un lado y, otros jóvenes a los que no conocía y con los que me fui familiarizando con el correr de los días. Pero pese a lo que significa una tira diaria, estoy muy satisfecho con el equipo, conformamos un gran grupo.
En una época en la que en la pantalla chica priman los realities y en el que pese a ello ustedes ofrecieron un producto paralelo ¿les importó la medición del rating?
El tema del rating es muy controvertido. A veces las mediciones responden no a números concretos sino a un capricho de los cortos publicitarios, pero es un asunto del que no puedo opinar con conocimiento de causa, son más que nada sospechas. Realmente, el tema del rating no influyó en
nosotros, hubo un mensaje tranquilizador por parte de las autoridades del canal, cuando se corría la voz de que esto se terminaba en el segundo mes de rodaje, pero fueron sólo rumores. Villarruel nos calmó diciéndonos que la apuesta ficcional seguía para rato y que el objetivo de la novela iba más allá de los números, la idea era contar una historia que interesaba a muchos y así pasó.
Siendo un hombre experimentado en los medios ¿qué visión tenés de la televisión de hoy?
Mi visión es bastante pesimista con respecto a lo que veo en televisión, salvo en grosas excepciones. Me alegra mucho lo que está ocurriendo con la señal de Canal 7 Argentina, un canal que tiene alcance a todo el país y en el que se está apostando por la ficción. También hay cosas buenas en otros canales, pero la mayoría de ellos están apostando al entretenimiento de un modo burdo, el cual, personalmente, no me gusta, pero bueno, la televisión es un negocio que pasó a un primer plano y dejó de prestar un servicio, de ser un vehículo de contención. En fin, los tiempos cambiaron.
Proyectos
Por ahora no tengo nada pensado en televisión. Aunque sí voy a comenzar una gira nacional con la obra Whitelocke, un general inglés, basada en la vida de John Whitelocke, comandante de la Segunda Invasión Inglesa al Río de la Plata, quien se enfrenta al dilema de bombardear una ciudad u ordenar la rendición de sus tropas.
El Sol
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