Sube a escena en Nueva York una obra de la argentina Jimena Duca, en el marco del Día de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
La directora y su elenco. Jimena Duca y la compañía Tiyatroglobal, durante uno de los ensayos en Nueva York.
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, los miembros de la sede neoyorquina de la Organización de las Naciones Unidas presenciarán hoy por la tarde el estreno de Mika, una obra de teatro basada en la historia de Susana Trimarco, madre de Marita Verón y presidenta de la Fundación María de los Ángeles.
La obra está dirigida por la argentina Jimena Duca y será representada por actores de la compañía Tiyatroglobal, que Duca formó en marzo de este año junto a un grupo de artistas de Islandia, Italia, Irán, Corea, México, Trinidad y Tobago, Alemania y Estados Unidos.
Egresada de la UBA, donde estudió Artes Combinadas, Duca tiene 33 años y hace cinco que vive en Nueva York, adonde viajó para continuar con sus estudios. Y aunque tiene planes de volver a Buenos Aires “en algún momento”, las circunstancias la fueron impulsando a quedarse en el Norte: entre apunte y apunte de su maestría en Dirección teatral, Duca comenzó a montar algunas obras (El informante, de Brecht, y Jardín de otoño, de Raznovich, valen como ejemplo) y su trabajo comenzó a hacerse conocido en la ciudad del Central Park (“Estoy entre el off-Broadway y el off-off”, se ubica ella).
Entonces le llegó el gran ofrecimiento: “En la ONU conocían mi trabajo y el de mi compañía y hace un tiempo nos pidieron que presentáramos una propuesta relacionada con la violencia a las mujeres, para que un grupo de artistas contribuyera a la discusión sobre el tema. Les gustó lo que propusimos y nos dieron el OK para empezar a trabajar en ella”, cuenta orgullosa Duca. Y agrega: “Esta es la primera vez que se hace una obra totalmente montada en la sede de las Naciones Unidas. Y lo que es interesante es que vamos a usar la arquitectura tal como está, con escritorios y micrófonos y todo: los tipos se van a sentar donde suelen sentarse a debatir, pero lo que van a ver esta vez es una obra de teatro, un hecho artístico. Eso me parece importante de destacar: ellos no nos llevan a una salita marginal para que les mostremos nuestra obrita, sino que vamos a actuar en el mismo lugar en el que ellos día a día toman decisiones”.
Aunque el hilo conductor de Mika será la historia de Susana Trimarco, que también inspiró la novela Vidas robadas, durante la obra casi no se menciona a Marita Verón. “Ella representa la gran ausencia de la obra”, explica la directora. “La que sí está presente es su hija: nuestro trabajo se llama Mika porque la hija de Marita se llama Micaela. Durante toda la obra se ve a dos niños representados por títeres que están mirando constantemente todo lo que pasa, lo bueno y lo malo, las acciones buenas de Susana y la violencia de muchos otros. Los niños son como esponjas y, en definitiva, el cambio social que se pueda gestar es para la niñez de hoy y la adultez de mañana. Por eso nos parece importante ponerlos a ellos en el centro de la discusión”. Se suman a la historia principal otras paralelas: “Durante el transcurso de las escenas Susana visita a un político, va a ver a los jueces, golpea las puertas de la comisaría y en cada lugar se encuentra con nuevas historias y con mucha corrupción. Y a uno de los personajes, el Policía, también lo pusimos en su casa para tocar el tema de la violencia doméstica. Queríamos indagar en todas las aristas del problema: la trata no es el único enclave de la violencia contra la mujer”, resalta Duca.
La obra se volverá a representar el 1 de diciembre en la ONU y al día siguiente en el consulado argentino de Nueva York, y los espectadores tendrán la posibilidad de ver una galería de fotos que el estadounidense Ron Nicolaysen tomó en la Fundación que preside Trimarco. “Nos interesaba que también se topasen con caras reales, con las verdaderas chicas que fueron rescatadas por Susana o que se están recuperando. El arte tiene que servir para eso: después de enterarse de una historia como ésta, un hombre puede cambiar su conducta y un líder puede llevar a su pueblo hacia otro lado. Un lado mejor”.
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, los miembros de la sede neoyorquina de la Organización de las Naciones Unidas presenciarán hoy por la tarde el estreno de Mika, una obra de teatro basada en la historia de Susana Trimarco, madre de Marita Verón y presidenta de la Fundación María de los Ángeles.
La obra está dirigida por la argentina Jimena Duca y será representada por actores de la compañía Tiyatroglobal, que Duca formó en marzo de este año junto a un grupo de artistas de Islandia, Italia, Irán, Corea, México, Trinidad y Tobago, Alemania y Estados Unidos.
Egresada de la UBA, donde estudió Artes Combinadas, Duca tiene 33 años y hace cinco que vive en Nueva York, adonde viajó para continuar con sus estudios. Y aunque tiene planes de volver a Buenos Aires “en algún momento”, las circunstancias la fueron impulsando a quedarse en el Norte: entre apunte y apunte de su maestría en Dirección teatral, Duca comenzó a montar algunas obras (El informante, de Brecht, y Jardín de otoño, de Raznovich, valen como ejemplo) y su trabajo comenzó a hacerse conocido en la ciudad del Central Park (“Estoy entre el off-Broadway y el off-off”, se ubica ella).
Entonces le llegó el gran ofrecimiento: “En la ONU conocían mi trabajo y el de mi compañía y hace un tiempo nos pidieron que presentáramos una propuesta relacionada con la violencia a las mujeres, para que un grupo de artistas contribuyera a la discusión sobre el tema. Les gustó lo que propusimos y nos dieron el OK para empezar a trabajar en ella”, cuenta orgullosa Duca. Y agrega: “Esta es la primera vez que se hace una obra totalmente montada en la sede de las Naciones Unidas. Y lo que es interesante es que vamos a usar la arquitectura tal como está, con escritorios y micrófonos y todo: los tipos se van a sentar donde suelen sentarse a debatir, pero lo que van a ver esta vez es una obra de teatro, un hecho artístico. Eso me parece importante de destacar: ellos no nos llevan a una salita marginal para que les mostremos nuestra obrita, sino que vamos a actuar en el mismo lugar en el que ellos día a día toman decisiones”.
Aunque el hilo conductor de Mika será la historia de Susana Trimarco, que también inspiró la novela Vidas robadas, durante la obra casi no se menciona a Marita Verón. “Ella representa la gran ausencia de la obra”, explica la directora. “La que sí está presente es su hija: nuestro trabajo se llama Mika porque la hija de Marita se llama Micaela. Durante toda la obra se ve a dos niños representados por títeres que están mirando constantemente todo lo que pasa, lo bueno y lo malo, las acciones buenas de Susana y la violencia de muchos otros. Los niños son como esponjas y, en definitiva, el cambio social que se pueda gestar es para la niñez de hoy y la adultez de mañana. Por eso nos parece importante ponerlos a ellos en el centro de la discusión”. Se suman a la historia principal otras paralelas: “Durante el transcurso de las escenas Susana visita a un político, va a ver a los jueces, golpea las puertas de la comisaría y en cada lugar se encuentra con nuevas historias y con mucha corrupción. Y a uno de los personajes, el Policía, también lo pusimos en su casa para tocar el tema de la violencia doméstica. Queríamos indagar en todas las aristas del problema: la trata no es el único enclave de la violencia contra la mujer”, resalta Duca.
La obra se volverá a representar el 1 de diciembre en la ONU y al día siguiente en el consulado argentino de Nueva York, y los espectadores tendrán la posibilidad de ver una galería de fotos que el estadounidense Ron Nicolaysen tomó en la Fundación que preside Trimarco. “Nos interesaba que también se topasen con caras reales, con las verdaderas chicas que fueron rescatadas por Susana o que se están recuperando. El arte tiene que servir para eso: después de enterarse de una historia como ésta, un hombre puede cambiar su conducta y un líder puede llevar a su pueblo hacia otro lado. Un lado mejor”.
Critica de la Argentina
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